Agropecuaria no es villana del calentamiento global, dicen productores
Representantes de entidades relacionadas a la agropecuaria rechazaron jueves (27) la idea de que el sector sea uno de los mayores responsables por el calentamiento global y apuntaron caminos para una agricultura sostenible, que aporte para la reducción de las emisiones de gases de efecto estufa.
Según los participantes del seminario sobre el asunto en la Comisión de Agricultura, Pecuaria, Abastecimiento y Desarrollo Rural, Brasil tiene condiciones de revertir el cuadro, desde que haya envolvimiento de gobiernos, de institutos de pesquisa y de grandes y pequeños agricultores.
Perjuicios
Según el pesquisidor Eduardo Assad, de la Empresa Brasileña de Pesquisa Agropecuaria (Embrapa), en vez de "villana", la agricultura puede volverse la víctima del calentamiento global, con grandes perjuicios desde que nada sea hecho para minimizar los efectos de los cambios climáticos. "El aumento de temperatura es desastroso para la planta, pues afecta su ciclo y reduce la productividad", dijo Assad.
Como consecuencia, dijo que el País puede perder 40% de la producción de soja hasta 2070 caso el actual contexto no cambie. El perjuicio sería de R$ 7,6 mil millones.
La adaptación de las plantas al calentamiento global pasaría por mejoramiento genético. El tiempo estimado para ese trabajo, según el pesquisidor de la Embrapa, es de diez años.
Eduardo Assad afirmó durante el debate que la seguridad alimentar está comprometida, caso no haya acciones para evitar el aumento de la emisión de carbono.
Sistemas de producción
Otra estrategia sería actuar en la absorción de carbono ya durante la agricultura, desde el manejo de solo. Un manejo común es el del plantío directo, en el cual la paja y los restos vegetales de otras culturas son mantenidos en la superficie del suelo, garantizando cobertura y protección contra procesos dañosos, como la erosión.
En el caso de la pecuaria, la solución pasa por la adopción de sistema agrosilvopastoril, o sea, de integración entre agricultura y pecuaria. Los beneficios serían la reducción de la apertura de nuevas áreas de pasto y una menor emisión de gases de efecto estufa, en razón de una retención de carbono por la vegetación.
El problema para adopción de eses mecanismos en el País, en la evaluación de Assad, es que no se suele financiar sistemas de producción. "Uno financia agriculturas y pastos. Sistema de producción es más difícil, pero, en el largo plazo, es altamente rentable. Tenemos que parar de pensar como industria, pero como sistema", afirmó.
La vicepresidente y secretaria de Relaciones Internacionales de la Confederación Nacional de los Trabajadores en la Agricultura (Contag), Alessandra Lunas, reforzó la tesis de que los sistemas de producción están relegados a según plan en Brasil. Afirmó que, muchas veces, para conseguir financiación oficial, el productor tiene de estar vinculado a la pecuaria.
Política rural
El asesor técnico de la Comisión de Medio Ambiente de la Confederación Nacional de la Agricultura y Pecuaria de Brasil (CNA), Rodrigo Justus de Brito, afirmó que faltan políticas de gobierno para estructuración del sector. Dijo que la actividad rural debe ser valorada por las contribuciones hechas a la preservación ambiental.
"Parece que Brasil se avergüenza del sector agropecuario cuando negocia el asunto con otros países. La agricultura es considerada la villana. El problema es que tenemos que apocar la distancia de nuestros diversos países dentro de Brasil. Hay productores sin ninguna condición de trabajo, emitiendo [gases] por falta de información. Tenemos que transformar todo el País en un sistema de producción eficiente y ecológico, pero defendiendo los intereses nacionales", afirmó Brito.
El asesor de la CNA dijo que no es la agropecuaria brasileña la responsable de 30% del calentamiento global, pero la agropecuaria del mundo entero.
El seminario de la Comisión de Agricultura fue sugerido por el diputado Beto Faro (PT-PA).
Emisión de gases
El embajador extraordinario para Cambio del Clima de Itamaraty, Sérgio Barbosa Serra, afirmó que la posición de Brasil en las negociaciones internacionales sobre calentamiento global lleva en cuenta, sí, los intereses nacionales. Pero también tiene como orientación básica lo que es recomendado por la ciencia.
Reconoció que Brasil aún no llegó a ningún porcentaje de reducción de las emisiones de gases de efecto estufa y que eso será discutido entre varios ministerios.
"Qué se exige es que los países desarrollados adopten hasta 2020 metas entre 25% y 40% de reducción y que países en desarrollo reduzcan la curva de crecimiento de esas emisiones. Estamos listos para llegar a Copenhague con números que representen la caída", explicó el embajador, refiriéndose a la 15ª Conferencia del Clima de las Naciones Unidas, que ocurrirá en diciembre, en la capital de Dinamarca.
Propuesta
El diputado Luiz Carlos Setim (DEM-PR), que presidió la audiencia, dijo que los resultados del encuentro de hoy servirán para la Cámara elaborar una propuesta a ser presentada en Copenhague.
Reportaje - Noéli Nobre
Edición - Pierre Triboli
Traducción - Grupo Solucion-SP Language/Paulo de Holanda Morais