Brasil es de los últimos países a mantener archivos cerrados, dice especialista
Brasil es hoy uno de los países más atrasados de América Latina en cuanto a la publicidad de los crímenes cometidos en los regímenes autoritarios. La afirmación fue hecha ayer por la representante del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil), Beatriz Stella de Azevedo Affonso, durante el 3º Seminario Latinoamericano de Amnistía y Derechos Humanos Manuel Conceição, promovido por la Comisión de Derechos Humanos y Minorías de la Cámara.
En el evento, Beatriz criticó el posicionamiento del gobierno brasileño en el exterior “de negar las heridas” dejadas por las acciones de represión durante el régimen militar. “La postura es siempre de intentar convencer las autoridades de justicia internacionales de que todo aquí ya fue resuelto, cuando eso no es verdad”, afirmó.
Recordó que la discusión sobre el acceso a datos de la Guerrilla del Araguaia fue una de las que llevó más tiempo para ser abierta. “Pensamientos autoritarios persisten en el País. Por ejemplo, Paraguay, recién, abrió todos los archivos de ellos. Estamos cada vez más quedándonos para detrás”, añadió.
Comisión Verdad
La representante del Cejil participó de la mesa de debate sobre la creación de una “comisión memoria y verdad” en el País. En las últimas décadas, diversos países de América Latina y África establecieron comisiones con los nombres de “verdad”, “memoria” o “reconciliación” con el objetivo de descubrir procedimientos equivocados realizados por gobiernos o por guerrillas rebeldes y revelarlos para el país y la comunidad internacional. Uno de los principales ejemplos de esas comisiones fue la Comisión Verdad y Reconciliación establecida por el ex presidente sur-africano Nelson Mandela después del apartheid.
El presidente de la Comisión de Amnistía del Ministerio de la Justicia, Paulo Abrão, resaltó la importancia de crearse una de esas comisiones. “Si la localización de los cuerpos de los muertos y desaparecidos aún no terminó y aún hay resquicios de autoritarismo de la represión del régimen militar, no podemos subestimar la tarea que representa la creación de una comisión verdad”, dijo.
Entre los puntos destacados por él como esenciales para el éxito de esa comisión están el establecimiento de mandatos fijos y de las condiciones para que ella pueda trabajar. Según Abrão, también es necesario definir la forma de interlocución entre esa comisión y los órganos e instituciones ya envueltos con el tema.
Experiencias
También en el seminario, el procurador regional de la República de São Paulo Marlon Wichert explicó que experiencias internacionales pueden servir de ejemplo para lo que se pretende implantar en Brasil. “Las víctimas de la dictadura tienen el derecho inalienable de saber qué pasó, con quien, cuando, por qué y quien fue el autor de ese daño. Tenemos un entendimiento equivocado en el Derecho brasileño de que la víctima no tiene el derecho a la verdad. Eso sería un asunto del Estado y la víctima fue apenas el destino de ese daño”, dijo.
Wichert afirmó que la “comisión verdad” necesita ser creada por el Estado brasileño, pero debe ser administrada por la sociedad civil, de forma a evitar conflictos de intereses. En la opinión del procurador, a pesar de ser útil que la comisión sea respaldada por una ley, un decreto presidencial ya sería suficiente para crearla.
El procurador añadió que la formación de una comisión no es el único modo de buscarse los verdaderos acontecimientos. Él citó, por ejemplo, una comisión parlamentaria de expediente formada en los años 1990, en São Paulo, sobre la apertura de la Vala de Perus.
El presidente de la Comisión de Derechos Humanos y Minorías, diputado Luiz Couto (PT-PB), también defendió el rescate de los acontecimientos del régimen militar. “No podemos prescindir a nuestra memoria”, dijo.
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Argentina, Chile y Perú ya tuvieron una “comisión verdad”
Reportaje - Juliano Pires
Edición - Pierre Triboli
Traducción - Grupo Solucion-SP Language/Paulo de Holanda Morais