OCDE recomienda simplificación de impuestos y reducción de alícuotas
Representantes de la organización afirman que impuestos en Brasil están entre los más altos del mundo y citan Australia y Canadá como ejemplos
El director del Centro de Administración y Política Tributaria de la Organización para Cooperación y Desenvolvimiento Económico (OCDE), Jens Lundsgaard, dice que Brasil está "testando los límites mundiales" con las actuales alícuotas de impuesto. El también dice que las alícuotas de los impuestos en Brasil están entre las mayores del mundo, aunque eso no se refleja en una recaudación mayor – porque la base de recaudación es menor que en otros países. Para el, el desafío de la reforma tributaria, además de la simplificación, es aumentar la base de recaudación, de forma que las alícuotas puedan ser reducidas.
Para eso, afirmó, es preciso que los contribuyentes acrediten que los impuestos son justos, lo que debe tornar más atractivo trabajar dentro del mercado formal. "Actualmente, es muy complicado administrar impuestos en Brasil, que son altos, y hacer con que empresarios no gasten tiempo pensando en impuestos, pero si teniendo ideas sobre como tornarse más competitivos", dice.
Las afirmaciones fueron hechas el jueves (5) durante debate promovido por el relator de la reforma tributaria, diputado Sandro Mabel (PR-GO).
Ejemplos
Técnicos de la OCDE sugirieron que Brasil mire con atención los ejemplos de reforma tributaria implantados por Australia y por Canadá. Entre los 30 países miembros de la organización, esos son los que más se asemejan al caso brasileño, en que impuestos son divididos entre un gobierno central y los gobiernos estaduales.
En la OCDE, apenas los Estados Unidos no adopta el sistema de impuesto sobre valor agregado y, por eso, esa cuestión fue apenas reforzada: sería mejor para la economía brasileña la adopción de un impuesto único sobre valor agregado, como es tendencia en todo el mundo. Aunque hayan resaltado que ningún modelo puede ser exportado de un país para otro, Brasil puede aprovechar las experiencias internacionales.
En la opinión del jefe de la Unidad de Tributación sobre el Consumo de la OCDE , David Holmes, el modelo australiano sería el mejor. En 2000, Australia sustituyó los impuestos estaduales por un sistema nacional único, pero en que los recursos son recogidos por el gobierno y destinado a los estados. De esa forma, los australianos resolvieron su versión de guerra fiscal que existe en Brasil, en que estados dan incentivos para concurrir por la instalación de empresas. "Pero creo que ustedes no van a conseguir convencer muchos gobernadores a abrir sus cofres propios y, por eso, ese modelo puede dificultar una reforma en Brasil", evaluó.
La segunda mejor opción, para Holmes, es el modelo canadiense. En Canadá, un impuesto único federal fue implantado, con alícuota de 5% sobre valor agregado, y cada provincia puede implantar impuestos suplementares. Existen dos opciones en la parte sub-federal de Canadá que adopta un impuesto sobre valor agregado. En la provincia de Québec, por ejemplo, existen dos sistemas de recaudación, federal y local, mientras en otras provincias el impuesto local es recaudado por el órgano federal y repasado directamente al gobierno local. "Cuanto más simple, mejor. Garantizo que los empresarios canadienses gustarían de unificar sus cobranzas estaduales", dice.
Metas
Según los representantes de la OCDE, fue difícil en casi todos los países implantar un sistema de cobranza por valor agregado. Ese es un requisito para entrada en la Unión Europea y los países europeos lo hicieron de forma conjunta, pero el resto del mundo aún está en busca de sus fórmulas propias.
La principal dificultad, segundo Lundsgaard, es que no se puede cortar los impuestos de una hora para otra, porque el riesgo de que el país no pueda financiarse haría con que Brasil perdiese la confianza de mercados financieros internacionales.
Para el, es preciso mejorar el Impuesto sobre Circulación de Mercaderías y Servicios (ICMS), que ya es un impuesto sobre valor agregado en la práctica, pero en que los créditos por la cobranza en la cadena productiva demora a retornar a las empresas. Los técnicos defendieron el sistema de cobranza en destino, que alcanzaría el consumo final, y no el consumo de las empresas. Esa es la propuesta de la reforma actualmente defendida por el gobierno. "No importa lo que una empresa compre, ella recibe créditos para que el impuesto no sea un fardo", frisó Lundsgaard.
El jefe de la Unidad de Cooperación con Economías de Países que No Son Miembros de la OCDE, Richard Parry, dice que aunque Brasil haya trabajado con la organización en muchas oportunidades, pocas veces el País se interesó por el sector de impuestos y, por eso, la oportunidad de trabajar con la comisión de reforma tributaria de la Cámara fue bien venida. Sandro Mabel explicó que pidió a la OCDE la participación de algunos de sus especialistas para que los diputados conozcan las experiencias a que el puede tener acceso en viajes a Francia para conocer esos modelos.
Reportaje - Marcello Larcher
Edición - Wilson Silveira
Traducción - Positive Idiomas Ltda