De los 440 mil presos en Brasil, 75% no completaron la educación básica y 12% son analfabetos. Apenas 18% de los detenidos tienen acceso a alguna actividad educacional – aún así, incluyendo cursos como el de guitarra. Esos datos, cogidos entre septiembre de 2008 y febrero de 2009, constan en el informe preliminar sobre la situación de la educación en las prisiones brasileñas, presentado el miércoles (25) a la Comisión de Educación y Cultura por la relatora brasileña de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el Derecho Humano a la Educación, Denise Carreira.

La presentación del informe fue hecha durante audiencia pública, realizada a pedido del diputado João Matos (PMDB-SC), para debatir el asunto.

De acuerdo con el informe, además de la educación ser vista como un privilegio por el sistema carcelario, el proceso educacional no es continuo: basta haber cualquier tumulto en una cárcel para ser interrumpido.

Las condiciones de estudio son precarias: faltan salas de clase y los espacios que podrían ser aprovechados son adaptados para funcionar como celdas. Además de eso, los profesores enfrentan la desconfianza de los agentes penitenciarios, que interfieren en el contenido. "El contacto físico, como apretón de manos, es cerceado. Profesoras ya fueron alejadas bajo acusación de envolvimiento sentimental con detenidos", dice la relatora.

Otro problema apuntado por el informe es el conflicto entre horario de trabajo y estudio. Quien trabaja, segundo Denise, difícilmente va a encontrar tiempo para estudiar. Y, como la demanda es mayor que la oferta, es hecha selección por buen comportamiento.

También es obstáculo a la educación en los presidios el control "extremo" del acceso al papel. Además de eso, materiales escolares son destruidos en busca de drogas.

Recomendaciones
La Relatora Nacional para el Derecho Humano a la Educación recomienda la aprobación de parámetros para los sistemas estaduales desenvolver políticas para la educación en sistema carcelario; y también que todos los profesores sean concursados. Actualmente, el cuadro de educadores es formado por profesores contratados por tiempo determinado y por practicantes de pedagogía.

El informe recomienda también la creación de unidades educacionales dentro de los presidios, con autonomía pedagógica, y enseñanza nocturna, para facilitar el acceso a educación de aquellos que, por causa del trabajo, no pueden estudiar.

Fueron visitadas diez unidades carcelarias en los estados de Pernambuco, São Paulo, Rio Grande do Sul y Pará y recogidos más de 200 deposiciones de personas encarceladas, educadores, directores y agentes penitenciarios, promotores, jueces, defensores, además de activistas de organizaciones de Educación y derechos humanos. Todo el trabajo contó con el apoyo de la representación de la Unesco en Brasil.

Reportaje - Oscar Telles
Edición - Patricia Roedel
Traducción - Positive Idiomas Ltda